El Triángulo de la Tristeza: Una alegoría pobre y rebuscada sobre el capitalismo y la riqueza. - La Cassette

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25 de febrero de 2023

El Triángulo de la Tristeza: Una alegoría pobre y rebuscada sobre el capitalismo y la riqueza.



Siguiendo en la recorrida de películas que van camino a participar en la próxima entrega de los premios Oscar's, hay que hablar de una película que se presento en el Festival de Cannes y se llevo la Palma de Oro en dicho festival. Esta película dirigida por Ruben Östlund juega con un relato bastante particular que llama la atención que desde Hollywood haya tenido tan buena recepción pero que claramente no es una película para comercial y que muchos espectadores no se sentirán para nada cómodos con lo que veremos abordo de este lujoso crucero.


Yaya y Carl son una joven pareja de influencers que gracias a su carrera como modelos y el efecto que causan en las redes sociales, son invitados a un crucero de lujo donde la extravagancia y el poder del dinero se hacen presentes. Pero una gran tormenta que azota al crucero los hara vivir a ellos y a todos sus tripulantes una experiencia que va a redefinir sus vidas.



 "El Triángulo  de la Tristeza" es una película que expone mediante alegorías y con prácticamente nada de sutilezas la manera en como los lujos y el dinero nos convierten en personas dependientes o sacan lo peor de nosotros donde nos coloca en un status de superioridad inexistente. Una advertencia muy grande para los que decidan ver esta película es el hecho de que al no tener sutilezas, tendremos una cantidad abismal de escenas grotescas donde veremos a toda una tripulación, literalmente, nadando en un mar de vomito y diarrea que inundan cada rincón del asqueroso lujo que representa el crucero y cada uno de los pasajeros. Hablando de ellos, tenemos un grupo de protagonistas con distintos matices del capitalismo en donde vemos a una pareja de modelos influencers que dependente de la imagen que den en las redes sociales; una pareja de ancianos que se dedican al trafico de armas; un hombre encargado del desarrollo de aplicaciones que ostenta constantemente su dinero para reemplazar su soledad y tristeza; un oligarca ruso y un capitán con muchos problemas de alcohol que se niega a cumplir sus funciones al punto de no querer salir nunca de su camarote.



 La narración está dividida en tres. El segmento inicial muestra a los protagonistas, los modelos Carl y Yaya, discutiendo después de una cena en un restaurant muy exclusivo por quién paga la cuenta. El núcleo del conflicto gira en torno a las desigualdades salariales, en uno de los pocos oficios donde las mujeres ganan más que los hombres. El que sigue transcurre en el lujoso crucero y termina con una cena en plena tormenta, con todo el mundo vomitando y la mierda saliendo a borbotones de los inodoros, mientras el capitán borracho da un discurso aleccionador sobre las perversiones del sistema. El episodio final no es más iluminado: el barco naufraga y esa tragedia que provoca estar abandonados en una isla desierta, se inviertan las posiciones sociales, dándole el poder a los de abajo.



Uno de los problemas más notorios de todas las películas de Östlund es el punto de vista: el tono de las historias que imagina siempre es, y lo es cada vez más pronunciadamente, la sátira pesimista, enunciada desde un púlpito que él mismo ha construido para proferir sus amargas conclusiones. Los que lo aplauden seguramente se sentirán como invitados especiales al festival de cinismo que suele teñir sus ficciones, orientadas a tranquilizar la conciencia, más que a diagnosticar con crudeza o analizar con profundidad. Con su discurso soberbio y asertivo, Östlund queda muy próximo a los mohines artificiales de la aristocracia contemporánea de Hollywood, que se pone de pie unos segundos en la ceremonia de los Oscar para clamar contra las discriminaciones y de inmediato vuelve sin culpa a la apatía con la que legitima el resto del año a una industria que no se caracteriza justamente por su humanismo. Más que plantear preguntas, su cine se obstina en ofrecer respuestas.



"El Triángulo  de la Tristeza" concluye siendo una película que desde un humor muy negro y sátiro, busca en un principio ser una critica hacia las clases sociales de mayor poder económico para que en un tercer acto se establezca la eterna lucha de las diferentes clases sociales en un circulo vicioso de poder. Compitiendo en las categorías mas importantes de los próximos premios Oscar's, es una película que no es para todo el mundo y que honestamente, poco se explica la cantidad de galardones que se ha llevado, sobre todo lo premiado que fue en Cannes al punto de llevarse la Palma de Oro





Escrito por Julian Servin 

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